domingo, 6 de abril de 2014

Castro Castro 2014


Y llegado el domingo allí que nos vamos Ander y yo en el coche. El año pasado fui con Pedro Maestre y volví en bici pero este año vamos a ser más comedidos, jaja... Dejamos el coche en el Eroski (cuesta encontrar sitio) y nos dirigimos por el bidegorri del solarium hacia el puerto donde está el arco de salida. Saludamos a Iñigo del Hoyo y nos hacemos la foto con Pedro Maestre que ya está listo en la primera fila.

Salida a las 9,00 aunque como ya no tenemos opción a inscribirnos preferimos salir unos momentos antes para ir cogiendo camino, que ya nos pasará la grupeta por encima... No somos los únicos; hay varias decenas de cicloturistas que ya nos llevan delantera a nosotros. Y en efecto, poco después de la rotonda de salida ya nos da alcance el coche de apertura de marcha y desde ahí la velocidad se incrementa aprovechando todo el ancho de la calzada, arcenes y lo que se ponga por delante. Qué bestias!! 
Candina -primera tachuela del día- empieza a poner a la gente en fila y los grupos se parten. Ander sube bien y muy a su pesar no paro de darle instrucciones, come, bebe, siéntate, por la derecha.... En fin, hay que enseñar y cuidar a los chicos en todo momento,  o no??
Divertida y rápida bajada a Liendo y comenzamos el alto de Seña, algo más exigente que el anterior, pero con el cuerpo ya más habituado al esfuerzo. Y tras un peligroso descenso aparecemos en Limpias, seguimos a Ampuero donde cambiamos de margen para seguir por la izquierda del Asón hasta Gibaja donde se sitúa el avituallamiento (km 45 y casi mitad de prueba). Aunque no vamos a parar cometo la torpeza de desviarme hacia él cuando debiéramos haber continuado recto. Y tras alcanzar el valle de Karrantza comenzamos el ascenso a La Escrita (430 m) última subida formal del día.



Descenso con piso incómodo hasta Villaverde y a la izquierda por mejor piso con perfil claramente descendente hacia la costa. Volamos a más de 50 por hora abrigados en grupos numerosos hacia Pontarrón de Guriezo, donde tomaremos nuevamente la N634 hacia Castro. Los toboganes de Islares y Cerdigo dejan de manifiesto lo flojito del grupo en que viajamos, pero es lógico porque andamos a principio de temporada.

Ander ha aguantado perfectamente a pesar de los pocos kilómetros del año (465 según le he informado hace un rato). Si quisiera podría andar como un superclase. Pero el tiempo no le da para todo, jaja....



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