lunes, 15 de abril de 2019

Fin de semana completo




Sábado.- Hace tiempo que no salgo con Javi Valdés. El sábado se avecina un día soleado y agradable aunque con temperaturas próximas al cero en las primeras horas; por ello salimos sobre las 10:45 hacia La Arena por Barakaldo y el bidegorri (que en fin de semana registra mucho y variado tránsito de todo tipo de bicicletas y personajes...). Tomamos a Enkarterri por Sopuerta y Artzentales, y justo a la salida de este pueblo tomamos por la derecha la descarnada subida de 2 km a San Miguel de Linares. Paramos en "el bar" a tomar un estupendo pincho de tortilla sentados a pleno sol como las lagartijas. Esto es vida -nos repetimos sin cesar- y es que el día es un auténtico lujo de cielo despejado, sin casi gota de viento y una temperatura in crescendo pero sin llegar al calor molesto de verano.
Tras la parada llegamos a Santa Cruz en otros 3 km más llevaderos y en lugar de bajar por le mismo lado, opto por el desvío al alto de El Peso a través de un sinuoso descenso entre bosque. Dudo si subir Herbosa y bajar a Zalla y entonces se me ocurre bajarnos de nuevo a Sopuerta para subir a la Torre de Loizaga,  cuyo propietario alberga en ella una importante colección de coches Rolls Royce. El duro ascenso es por carretera estrecha y mal piso pero el entorno en sí mismo, y el paisaje que contemplamos de los montes y prados compensa sobradamente el esfuerzo. Bajada al alto de Umaran bajo las antenas de Ubieta (pico que ya hemos subido los dos con las BTT) y de ahí a Güeñes y Zorroza. Cerca de 100 km muy entretenidos y adelanto de lo que esperaba el domingo. Javi fue con su hermano a la Barrerilla y yo... Ahora lo cuento. Primero el video de hoy...



Domingo.- Vuelta a Los Tornos con los miembros más aventados de Alayo. Sergio, Iñi, Brako, Rubén, los dos Ibón, Gorka, Iñaki, y Quique que se la había hecho la víspera y nos acompañó hasta la Escrita. Salida temprana y la temperatura nada que ver con la víspera. en torno a 10 grados y cielo parcialmente cubierto de nubes altas que no llegaron a preocuparnos en toda la mañana. Festival de altos encadenados, con Herbosa, Peso y Escrita, como antesala de Ubal y Los Tornos. En Ubal quise recordar mi época de espeleo con el Esparta en el caserío de San Ciprián pero creo que metí la pata bien. Elegí la ascensión de la izquierda- el cartel indica en efecto, Lanestosa- pero sube un poco más arriba que la derecha que era el que hice con Sergio en mayo de 2014. A cambio han arreglado el penoso asalto del descenso y disfrutamos de lo lindo. Tengo que decir que en cola hicimos un ¨pelotín¨ de amigos entre Iñigo, Brako, Gorka en algún momento y yo mismo. Así que, los protagonistas del video hemos sido nosotros... Ya lo siento por los rapidillos de cabeza (o debiera decir "sin cabeza"?). Ubal se llevó bien, pero Los Tornos empezó a ponerse pestoso: mi plátano y glucosa los tomé en Lanestosa pero el estómago y las piernas empezaban a pedir más gasolina... Soñaba con llegar al bar de Bercedo, ya en la provincia de Burgos. Pero antes, la foto en el alto a 920 metros de altitud, hecha por una amable pareja británica que circulaban en un par de viejas bicicletas cargadas de alforjas. El chico nos pidió herramienta para tensar el cable de freno trasero pero no teníamos llave fija así que optamos por desenroscar el tope y ganamos bastante recorrido. A cambio les pedí una galleta de chocolate que ví en una de las alforjas... Quid por quo...
El bar de Bercedo quedó prácticamente arrasado a nuestro paso. Yo tomé un bocadillo y una cerveza sin alcohol, y luego rematé con un sobao pasiego remojado en colacao. Así ya se puede pedalear... Acto seguido afrontamos la que suele ser la mentira más frecuente en estas ocasiones: De aquí a casa es todo cuesta abajo. Y lo curioso es que siempre hay quien pica, jajaja...
Es cierto que desde unos 800 metros se llega casi a nivel del mar en Bilbao, no es menos cierto que hay no pocas trampas y repechos más que considerables de por medio. Nos arreglamos para ir haciendo relevos cortos sin apretar demasiado y logramos contener a los gallos y no perder unidades por el camino. Ya en los últimos km alguno como Rubén empezó a perder fuelle y Brako que había subido flojo todo el tramo de ascenso, logró llegar con bastante buen cuerpo. Así que, otra kilometrada más: 158 para mí, casi 170 para los de Leioa. Otra más a la espalda sí, pero esta vez con video, para que luego no digan... Ahí va!!