miércoles, 3 de abril de 2013

Vuelta al País Vasco

Hoy miércoles etapa Vitoria-La Arboleda: toca acercarse a ver el espectáculo. Salgo con Iván y Andoni -un mozo belga de 18 abriles con madre de Amurrio que está pasando aquí un par de semanas- y a la vista del horario previsto y que Iván debe trabajar por la tarde en la tienda de Maestre, decidimos acercarnos a Gordexola para poder cruzarnos con la carrera y verles unos momentos. Justo al pasar dicha localidad nos cruzamos con las motos que abren carrera y decidimos subir San Cosme para verles en el alto y regresar luego que haya pasado la caravana. Nos apostamos en el alto, pero la visibilidad no es muy amplia y optamos por descender de nuevo dos curvas y nos situamos en una elevación de la cuneta en un lugar donde veremos al grupo casi un kilómetro más abajo. Llega un grupito de 5 escapados con un ritmo poco ambicioso. El grupo llega unos cuatro minutos más atrás con idéntica marcheta... En fin, ellos sabrán la esrtrategia. Vuelta para Zorroza a ritmo de samba (Iván ya iba justo de tiempo...) y allí ellos han seguido a la tienda y yo para Trápaga donde ya los coches estaban detenidos en la carretera y he tenido que meterme entre calles para llegar al cruce de la Escontrilla y el funi, pero ya estaban pasando los coches de equipo: Me han ganado, jeje... Subo con una infinidad de cicloturistas con todo tipo de bicicletas. Y casi arriba, en la recta entre las dos últimas curvas de paella, alcanzo a Pedro "Puertoduro" y me quedo charlando con él. Total, en doscientos metros comienza la caravana de coches y circular entre ellos nos obliga a ir muy despacio. Llegando a La Arboleda el gentío aumenta y ocupa la calzada por completo. La meta está situada arriba en el cementerio y Pedro que lleva a cuestas el equipo de foto y no está muy fino echa pie a tierrra y yo consigo espantar la manada humana a base de voces para no perder equilibirio y logor subir las duras rampas. Casi arriba me saluda Angel Maestre, y en la recta de meta Wivol. Me quedo con él y su cuadrilla hasta que acaba de pasar la caravana y puedo empezar el descenso a Trapaga.
Una jornada durilla por el ritmo de la primera parte y porque luego ha enfriado y no apetecía volver a pedalear, pero... Allí no dan de cenar, así que... leña y para casa!!