domingo, 27 de junio de 2021

Inocentada o fallo de orientación??

180 km con 3.500 m acumulados. 7h 41 m a 23,3 km/h

Sábado de finales de junio. A las 16 quiero estar en Plasencia para recoger a mi cuñada que viene en autobús para pasar unos días en el pueblo. Planifico con Alberto una ruta que hizo hace dos sábados y que me gustó. Saliendo de Hervás subiendo Lagunilla, el Portillo de las Mestas hacia la Alberca y añadiendo la Peña de Francia. Alberto que es el experto en la zona dice que de los 125 km que le salieron a él, con el añadido del último puerto nos iremos a 150. Calculamos que saliendo a las 7:30 podré llegar a tiempo al compromiso. Pobre incauto de mí...

A las 6:30 salgo hacia Hervás y dejo el coche en el cruce con la N630. Temperatura de 16 grados (se agradece la camiseta) y viento flojo y variable. Alberto baja desde el pueblo en bici y a los 2 km en Aldeanueva del Camino me enchufa la primera sorpresa: El puerto de el Cerro (1.110 m) por la vertiente de Valdelamatanza. Náááá.... 10 km con rampas del 10, 12 y hasta el 15% según mi Garmin. Encima me sube arrastrando, con el pulso por las nubes pues no he llegado a calentar siquiera. Bueno. El mal trago se pasa y bajamos hacia Lagunilla (me acuerdo de Teo) y Sotoserrano, pueblo al que llegamos atravesando un precioso y estrecho puente de piedra. Todo el perfil es un constante sube y baja con ausencia de planos de más de unos centenares de metros. Un sin vivir oiga.... 

De allí a Riomalo de Abajo (célebre por el meandro Melero que forma el río Alagón) y en suave subida hacia Las Mestas donde tomamos un café, colacao y unas magdalenas caseras en ca tío Cirilo el del ciripolen. Desde ahí comienza la subida al Portillo (1.240 m) con 8 espectaculares curvas de paella desde las que se divisa el valle y barranco donde se ha tallado la carretera. Duro y sostenido, procuro contener el ritmo para no pagarlo más adelante. En cambio Alberto ligero como una pluma se adelanta para esperarme me en las últimas revueltas para coronar juntos y lanzarnos hacia la Alberca, precioso y pintoresco pueblo serrano donde rellenamos los bidones en una fuente fresca y cristalina. Enfilamos la carretera para buscar el desvío a la Peña de Francia  (1.749 m) que vemos agreste e imponente a nuestra izquierda. La subida es de 12 km y aunque no tiene grandes pendientes se hace larga. Además el viento en los tramos finales es inmisericorde, y como la carretera se retuerce en todos los sentidos, te va a dar sí o también... Al menos la temperatura se mantiene cómoda sobre los 23-25 grados (la camiseta sigue sin estorbar). La cima está coronada por un inmenso monolito-torre de comunicaciones y existen también una hospedería, una iglesia y unas dependencias de frailes dominicos con un paseo empedrado, unos ventanales sobre el barranco y un enorme reloj de sol. Una visita recomendable... en coche... Total, que llenamos los bidones, tomamos una cocacola y algo de comida de la que llevamos y para abajo. La papelera o no existe o no la vi así que llevé las dos latas aplastadas clavándose en la espalda hasta localizar un contenedor en la carretera de la Alberca

El descenso con el viento es algo delicado pero nos ofrece un cierto descanso en las piernas aunque hay que ir con tensión y atentos a las piedras que caen al asfalto y a la velocidad que hace que la bici se lance muy rápido (70 por hora en mi caso). Alberto dice que hay una ruta que nos evitará volver sobre nuestros pasos para buscar Montemayor Del Río y Peñacaballera para bajar cómodamente hasta Hervás por Baños de Montemayor por la N630 casi sin tráfico. A partir de ahí comienza el drama. Tras un km de bajada para y mirando G maps se da cuenta que no es por ahí y que hemos de volver hacia la Alberca. Sin embargo poco antes de dicha localidad, vuelve a consultar y decide tomar un desvío hacia San Martín del Castañar. Bueno, sube y baja como no podía ser de otro modo y ya llevamos 100 km y algo me empieza a oler raro... Pero oye, él es el guía, yo a callar y pedalear, no??

Poco después de ese (por cierto) precioso pueblo en el desvío que se supone debíamos tomar, una barrera y cartel indican "carretera cortada. Desvío por" (nada). Pues estamos buenos... La alternativa de la izquierda sigue subiendo y llevamos sin dejar de subir casi 6 km así que Alberto dice: Nos arriesgamos? Y entro como un toro de lidia... Menudos 5 km que nos hemos pegado... Tierra, piedras, rocas en los márgenes... Los neumáticos blancos de polvo y gracias que no hemos tenido ningún percance con los pedruscos y chinarros que esconden el -de por sí- estropeado asfalto. Pero todo se acaba y desembocamos en las Casas del Conde donde nos metemos al bar (el único evidentemente) rellenamos los bidones y tomamos un pincho de tortilla y una sin alcohol con limón para cambiar el paladar de geles, barritas y sales. Y preguntamos para llegar a Peñacaballera. Oye, que no sabían donde está... Explicamos a la dueña y su hijo que queremos bajar a Hervás llegando por Montemayor del Río. No se ponían de acuerdo. Para colmo Alberto consulta nuevamente al Maps y la información que le da es para tirarse de los pelos. Habla de entre 57 y 64 km con 3 variantes, una por Sotoserrano que es la que no hemos querido usar y otras dos que van por donde decimos y por otro lugar que no nos convence. Finalmente la señora nos indica que vayamos a Miranda del Castañar y Cristóbal. Y así lo hacemos pero podéis imaginar que la sucesión de subidas, bajadas y más subidas y bajadas es desesperante. Atravesamos, éso sí,  parajes de ensueño con piscinas naturales y torrentes que suenan en el fondo de los barrancos en medio de exuberante vegetación y frondosos bosques. Se nota que es Salamanca y no Cáceres... Cuando llegamos Cristóbal con casi 140 km y las 13:45 h ya soy consciente de que se va a armar. Por distancia, por tiempo, por esfuerzo... Entramos al bar y tomamos un helado y dos Aquarius por cabeza y rellenamos los bidones nuevamente. Ahí el personal ni siquiera ha oído hablar de Peñacaballera (inaudito oiga,,,) y nos mandan a Béjar o a Calzada de Béjar donde dicen coger la autovía (por mí como si me mandan a la Luna). Alberto vuelve al Maps y le dice que a 7 km está la Calzada de Béjar y que a Hervás solo hay 34. Veo la luz por un momento (incauto de mí una vez más...). Menos mal que los más de 12 km (que no 7) son prácticamente para abajo por la carretera Béjar Cuidad Rodrigo de firme espectacular y curvas amplias. Los dos últimos km hay que apartarse de ella por una pequeña carreterita que nos deja ne el pueblo y... Se acaba!!!

Preguntamos a una gente que son de allí y nos confirman que: 1.- No hay enlace de autovía. 2.- Se puede salir en la dirección que nos interesa pero con btt y no con las nuestras y 3.- Que tenemos que ir hasta Béjar por bigotes. Pero en vez de dar la vuelta a la principal por la que hemos accedido al pueblo nos indican que es mejor salir por una disimulada carreterucha escondida entre casas que nos llevará por el Tranco aunque "hay cuestina". A estas alturas lo único que queremos es llegar a Hervás lo más rápido posible así que aplaque nos vamos. Lo de "cuestina" es un eufemismo para denominar una subida de más de 3 km con una media del 3% pero con falsos llanos y máximas del 18% que nos deja en las calles de Béjar maldiciendo en busca de una fuente porque la temperatura además es de 33 grados (la camiseta sobra). Una vez en la N630 ya conocemos el camino pero el viento se ha fijado del S-SW y comienza a soplar con fuerza. Fuerza que es -precisamente- lo que nos falta a nosotros. Son las 15:15 y la carretera no cesa de subir en busca de Cantagallo y Puerto de Béjar. Le pido a Alberto algo de comer porque empiezo a notar el "síndrome de Villuercas" y una barrita que le queda me devuelve un poco la normalidad en el estómago y la cabeza. Pedaleamos como autómatas, una y otra vuelta, otra más, mirando hacia adelante (hacia arriba) en busca del fin del martirio... Por fin en el alto de la gasolinera da comienzo el ansiado decenso a Baños y Hervás. Alberto baja con mucha "precaución" y entrará a casa por el primer cruce a Hervás mientras yo debo seguir al siguiente, de modo que nos despedimos y me tiro para abajo entre fuertes rachas de viento que me hacen eterno el tramo final. Pero todo llega y a las 16:05 suelto la bici en el coche y consigo llegar a recoger a mi cuñada como estaba previsto con tiempo de sobra para meterme un refresco de frutas y unas galletas de chocolate para revivir un poco. Inocentada? no creo porque Alberto se la ha comido del todo. Fallo de orientación? desde luego, le he puesto un cerocientos en guía turístico jajaja... Bueno, a ver si el video me queda bien. Ahí van algunas fotos

Comienzo de El Cerro

Coronando El Cerro

Las Mestas y el ciripolen



Al fondo se adivina El Portillo


Peña de Francia