Llegada a Fátima (foto José Cavaca) |
Como van a salir de Covilha a las 6:00 am y hasta ese punto tengo como dos horas y media de camino, Ignacio me invita a dormir en su casa de Valverde del Fresno, desde donde hay "solo" una hora en coche. Me falta tiempo para preparar la bici y lo necesario y arrancar para allí sobre las 18:30. Cenamos en su casa a pesar de mi insistencia en invitarle a cenar en algún lugar del pueblo. Y a la cama tras ver un par de documentales de "Diario de un ciclista" a cargo de Peio Ruiz Cabestany, con quien coincidí en mi etapa de amateur en los 80.
5:00 am En pie, desayuno y arrancamos. Covilha resulta estar más lejos de los 50 km anunciados por Ignacio y llegamos pasados unos minutos las 6:00 (que en Portugal son todavía las 5:00). Allí estaban ya preparados los tres miembros del coche de apoyo y los 6 ciclistas (luego en el café se incorporó Paulo) con luces y mucho nervio por salir pitando. Y pitando que salimos... Menudas velocidades a oscuras!!! Apenas ayudaba el foco de alguno de los que lo llevaba -que tampoco eran todos- y las potentes luces rojas traseras no hacían sino deslumbrar. A Ignacio le pedí que bajase la intensidad para poder "adivinar" algo en el asfalto. Me comí al menos dos alcantarillas -afortunadamente sin consecuencias- durante la hora que tardó en despuntar el alba y tener una mínima visibilidad. De haberlo sabido hubiera llevado el foco y el estrés hubiera disminuido mucho... Luego me explicaron que el motivo de salir tan temprano es llegar a tiempo a Entroncamento para coger el tren de regreso.
Salimossss..... |
En Silvares paramos a tomar un café y desayunar pero a esas horas no me entraba nada pues ya había desayunado en Valverde. Allí como digo se añade al grupo Paulo y empezamos a disfrutar del hermoso paisaje de esta zona de Portugal. Profundos barrancos, infinitos montes tapizados de bosques de pino y -en menor medida- eucalipto, el río Zézere excavando valles y dibujando retorcidos meandros, alguno de los cuales recuerda al Melero. Pueblos blancos colgados de las montañas dando una nota peculiar y definiendo la profundidad del paisaje que hace que la vista se pierda en la lejanía. Arquitectura popular con pavimento de adoquines donde las bicicletas vibran como si fueran a desarmarse... A pesar del frío que en los valles junto al río todavía era mayor que en la salida nocturna, la vista recreaba el espíritu y hacía más auténtica la sensación de aventura.
Café en Silvares |
Muy bonita me resultó la zona de Janeiro. En Janeiro de Cima se ven los meandros del Zézere ya citados mientras bajas por una fuerte pendiente sobre la arista de una prominencia que separa dos valles. La vista es espectacular, aunque la velocidad no da para mucha contemplación. Hay que añadir además que estos últimos días la Península en su conjunto está bajo los efectos de una gran calima y el cielo queda blanquecino y el sol apenas se deja ver como una bola tenue amarilenta. Eso deja el paisaje mucho menos hermoso de lo que realmente es, a pesar de lo cual disfrutamos muchísimo. Y en Janeiro de Baixo la carretera discurre paralela al río serpenteando sin apenas desnivel recorriendo el valle de forma rápida y divertida.
Empedrado a la entrada de Janeiro de Cima |
Tuvimos un "ciclocross time" en un espectacular derrumbe en las inmediaciones de Ademoço que lleva varios meses ya y los vecinos han colocado una pancarta reivindicando su reparación. El coche tuvo que dar un rodeo y nosotros lo pasamos a pie sin mayor dificultad, pero tuvo su punto...
Atravesamos muchas poblaciones y vimos otros tantos letreros, pero como es todo nuevo y no controlo en absoluto la zona, apenas guardo algunos recuerdos de nombres curiosos pero con la ayuda del Garmin ahí van los principales: Tortosendo, Barco, Silvares, Oleiros, Cambas, Milrico, Mosteiro, Troviscal, Serta, Faleiros, Vales, Camarinha, Formigais...
Comimos en Cernache do Bonjardim un par de "bifana" o bocadillo de ternera por cabeza regado con cerveja sem alcoool y cocacolas. Había que rellenar el estómago porque eran ya las 11:45 y llevábamos más de 107 km en algo más de 6 horas.
Bifana, bocadillo de ternera |
Una de las subidas más largas y duras |
Subiendo uno de los puertos más largos y duros de la jornada, a José Cavaca, el "boss" se le rompe el muelle del cambio trasero. Esto le impide bajar coronas -no así subirlas- y le quita mucha tensión a la cadena con lo que intentan repararlo allí mismo pero no hay forma y decide proseguir. Esto retrasa algo la marcha y hace que algunos nos desperdiguemos un poco por delante y acabemos (al menos yo) con una cierta desorientación en referencia al resto. Hay un momento en que le veo parado junto al coche y nos indica que sigamos e interpreto que se va a subir al mismo. Pero no fue así, ya que llegó pedaleando al santuario de Fátima donde aparecí el primero pensando que ya estaría allí él junto al personal de apoyo. Por contra me encontré "solo" entre la multitud que paseaba por la gigantesca plaza frente al enorme santuario. En cierta medida me recordaba a Lourdes pero vi menos personas incapacitadas o peregrinando en busca de la curación milagrosa. Mucho turista, el inevitable merchandising en las tiendas de alrededor, movimiento de autobuses en los hoteles... El negocio no se para desde luego.
Algún tiempo después apareció el grupo y pudimos hacernos la foto testimonial todos juntos. Desde este punto hasta la estación de tren de Entroncamento quedan algo más de 30 km favorables y rapidísimos. Una vez allí el personal de apoyo y algunos cogieron el tren mientras Ignacio y yo con el dueño del coche y otros dos más cargamos las bicicletas y equipajes, tomamos algo de merendar y arrancamos hacia Covilha en un interminable viaje por autopista. Una curiosidad que me contaron: En Portugal no hay barreras de peaje. La matrícula se lee por cámaras y mensualmente llega la factura y se va a pagar a las oficinas de Correos. Opcionalmente también hay tarjeta de telepeaje con cargo a cuenta bancaria
Todo listo en la estación |
Tras llegar a Covilha poco después de las 20:00 nuevamente de noche (me voy sin ver más que las luces) toca otra hora larga de coche a Valverde y otro tanto a Hinojal donde llego al filo de la medianoche. Maratón extralargo pero sumamente atractivo y recomendable.
Contar todas y cada una de las vivencias de la jornada es muy complicado. Pero habrá un video donde se podrá ver algo de todo ello. Y espero que lo disfrutéis. Estoy esperando el abundante material fotográfico de los compañeros portugueses para poder incluir algo por aquí. También enlazo el blog del pelotao Cavaca donde seguramente pondrán una entrada estos próximos días. Pelotão Cabaca
Distancia total 213 km
Altitud acumulada: 2.997 metros +
Tiempo total: 10 h 44 m
Tiempo efectivo: 8 h 34 m
Velocidad media real:25 km/h
Gran etapa nos marcamos, mil y una experiencia vivida como bien dices difícil y largo de explicar.
ResponderEliminarSupongo que eres Ignacio... Gran jornada amigo. Gracias por todo!!
ResponderEliminarSiii soy yo 😉
EliminarAmigo, estou sin palavras, que bonito reportegem, lindo. Gracias de coraçon, siempre que lo deseges, tienes una purte abierta em mi casa. Gracias de coraçõn.
ResponderEliminarDe José Cavaca
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