martes, 2 de septiembre de 2014

Extremadura. Turismo en bicicletas

Actualizado 4 de octubre

En bicicletas con "s" porque he traído la de carretera y la "gorda" de 29 para disfrutar por el campo. Si es que andar bajo más de 30 grados por parajes secos y áridos puede causar disfrute alguno... (que sí, hombre...)
Con motivo de la compra de la "casina" en el pueblo, este verano la estancia se ha prolongado desde finales de junio hasta primeros de octubre. Y hay que aprovechar que aquí no llueve ni hace frío por estas épocas para pedalear por carreteras y senderos. Descubrir nuevas rutas y visitar pueblos y comarcas donde no he estado antes es un ejercicio entretenido y aleccionador. Además he trabado amistad con varios ciclistas de carretera de Cáceres, Rafa, Julio, Antonio, Luis y Pedro de Ciclos Rueda, así como Teo con quien ya llevo recorridos muchos rincones y kilómetros. También he coincidido un par de tardes con David y Pablo con los que recorrimos la balsa y dehesa y viñas de Talaván. Además de Pini con quien ya he andado allí y aquí en el pueblo, ha resultado una grata sorpresa saber que Aurelio, amigo desde hace años, ha empezado a andar en bici el pasado verano y con ambos he dado varias vueltas por los carriles y dehesas limítrofes al pueblo. Sobre todo a lomos de la Mazinger (mi bici de carretera) he visitado Cáceres, El Casar, Malpartida de Cáceres, Arroyo de La Luz, Navas del Madroño,  Mata de Alcántara, Garrovillas, Portezuelo, Azehúche, Ceclavín, Portaje, Torrejoncillo, Cañaveral, Casas de Millán, Serradilla, Mirabel, Grimaldo, Holguera, Torrejón el Rubio, Monroy, Talaván y Santa Marta de Magasca.
Anécdotas hay bastantes. Desde el descubrimiento de la "ruta de los churros con chocolate con Julio y compañía hasta el día que se le aflojó la biela izquierda a Teo regresando por los riveros y tuvimos que irla metiendo a pedradas y apretando el tornillo a mano cada dos kilómetros. Esta se repitió el último día al poco de salir del pueblo y tuvimos que repetir la operación hasta un taller de Cañaveral...
Una tarde por pistas hacia la balsa de Talaván pisé un palo pero al notar que era blandito paré y volví unos metros; entonces vi con asombro que era una culebra como de un metro pero ni se había movido así que pensé que estaría muerta. Pues no; al momento levantó la cabeza y muy digna se arrastró hasta la hierba y desapareció.
Una mañana Aurelio y yo tuvimos que pasar junto a un rebaño de vacas que ocupaban el carril y por supuesto el campo contiguo. Una de ellas acababa de parir el ternerito y aún llevaba colgando la placenta y el lomo sangrando. Echamos pie a tierra y mirando a otro lado como que la cosa no iba con nosotros atravesamos como pudimos entre piedras y terrones para largarnos a toda mecha.

Y así entre anécdotas y "susedidos" he salido 54 días con un recorrido de 3,164 km y un desnivel positivo acumulado de casi 30.000 metros. Poco tráfico, buena carreteras, pistas infinitas, dehesas misteriosas, tiempo estable aunque a veces caluroso, y de vez en cuando buena compañía en lugar de solo y aburrido. Una buena manera de disfrutar de las bicis. A continuación pongo algunas fotos para que se vea la cara de algunos de los compinches de diversión a los que agradezco el tiempo que hemos compartido y a los que les pido dejen algún comentario al final del artículo, jaja....
Aurelio en la balsa de Talaván

Pablo, David y yo en la fuente La Breña de Talaván

Teo en la entrada de Ceclavín

Aurelio y Pini junto a Santo Toribio

Aurelio en la Virgen del Río de Talaván

Panorámica de la Virgen del Río
Julio, Teo y Rafa

Julio y Luis

Antonio y Luis
Teo hacia Torrejoncillo. Al fondo plantaciones de tabaco

Atardecer en Las Cumbres




2 comentarios:

  1. Buena crónica Javi! Ha sido el primer año que me he llevado la bike pero repetiré seguro. Rodar en agosto en Cáceres es una maravilla!

    Saludos, David

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  2. Que bien vives por allí golfo.
    angelaki

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