lunes, 11 de julio de 2022

El pollo de Val do Espinho

 

Ola de calor en casi todo el país. Pero la sierra de Gata es un pequeño oasis en el confín extremeño lindando ya con el vecino Portugal. Así que una vez más nos desplazamos en coche hasta Valverde del Fresno y allí guiados por Ignacio y acompañados por José María, nos dirigiremos a Val do Espinho a visitar su fiesta mensual del pollo. Ya estuvimos en setiembre pero la verdad es que no apreciamos mucha diferencia en el paisaje. El verde de la sierra y los montes que la separan de Portugal siempre presentan un verde que nada tiene que ver con el secarral de los llanos de Cáceres y los Cuatro Lugares.

Esta vez se anima David de forma que junto a José formamos el trío calaveras y allá que nos vamos. A las 8 de la mañana ya estamos bajando las bicicletas junto a la casa de Ignacio y en unos minutos ya pedaleamos junto a la fuente de U Petril y los primeros senderos con unos escasos 25 grados que se nos antojan maravillosos (a esta hora en el pueblo rondan ya los 30...)


Los primeros km se gana altura rápidamente por grandes pistas forestales entre pino y eucalipto para alcanzar la curva cerrada del puerto Viejo - que sube a Navasfrías en una de las rutas clásicas en bici de carretera- y en ella tomamos una rápida pista que bordea un enorme valle serpenteando en las laderas de montes que superan los 1.000 metros. La máxima altitud ( 1.033 msnm) la alcanzaremos a los 15 km de ruta en un constante ascenso con alguna que otra rampa interesante. En esa zona estamos en la reserva natural de la sierra Malcata y circulando por la misma frontera señalada con unos mojones de piedra con grabados de las letras "E" y "P " en la cara de cada país. Realmente curioso, no? 

Final de la larga subida

Aunque no está en el mismo itinerario nos desviamos un kilómetro para visitar la torre de vigilancia forestal y el mirador sobre el embalse de Sabugal. El guarda es un hombre bonachón que nos ofrece agua para rellenar los bidones que ya flojean tras la larga subida. También nos cuenta alguna anécdota y aunque parezca mentira nos entendemos a la perfección. Volvemos a la ruta y bajamos por una pista rapidísima hasta la piscina de Quadrazais. Un entorno de lujo, con una piscina natural represando el río Coa con unas pasarelas de madera flotantes, tirolinas, un bar con mesas exteriores para comer, una zona de solarium con arena y... una espléndida chopera con una fuente de agua fresca. Lugar para pasar el día sin calores ni agobios. Las 10:30 hora portuguesa y justo llegaba el dueño del bar para abrirlo. No sé la afluencia de público más tarde pero pinta genial.


El siguiente pueblo tras algunas pistas de sube y baja es Val do Espinho. En las afueras está la plaza de toros y el artefacto con el que los mozos se divierten con los enormes toros de más de 600 kg al que no se mata finalmente. Se trata de una estructura de madera en forma de cono y travesaños entre los que se intercalan los mozos mientras el vértice es conducido a modo de timón. José María nos explica la historia y tradición de esta faceta taurina del país vecino, bien diferente a las del nuestro. Para mayor detalle podéis verlo en el video
Poco más adelante entramos en el pueblo y en una fuente-lavadero enredamos en una antigua bomba para sacar el agua y unas avispas se revuelven y me dan un sabroso picotazo y salimos a escape... A partir de ahí recorremos un poco sus estrechas y adoquinadas calles para llegar a la iglesia con dos caños de agua fresca junto al hermoso mosaico de su fachada principal. Un lugar pintoresco sin duda. 

De regreso a la zona de mercado nos sentamos y degustamos el pollo asado, queso, embutido y melón regado con incontables cervezas y varias cocacolas. Café en el bar contiguo, nuevo relleno de agua en los bidones y comenzamos el regreso. Varias subidas potentes nos separan de la zona fronteriza por la que hemos subido y por la que bajamos a toda velocidad (más o menos, claro...) 

La última parte Ignacio nos prepara unas pequeñas trampas que se recorren en la marcha Us Madroñus y que ponen la guinda a un recorrido es-pec-ta-cu-lar que no será la última vez que hagamos.

En Valverde el termómetro ya supera los 40 grados, así que nos damos una ducha rápida en el corral de la casa de Ignacio que nos ofrece un refresco para reponer líquidos y así emprendemos el regreso a casa donde llegamos con más de 40 grados pero viva el aire acondicionado...!!!

4 comentarios:

  1. Sin duda un día: es-pec-ta-cu-lar, gracias por vuestra compañía y aquí estaremos para la próxima ruta que queráis conquistar!!! Un abrazo compañeros!!!!

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  2. Por cierto una narración de esa jornada muy bien detallada. 🐝

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  3. Gran dia sin ninguna encerrona🤪

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