


Pagasarri nos espera esta noche. Focos preparados y mucha ilusión. Pedro se había apuntado pero finalmente desiste. He montado una mega-linterna fija al manillar con unas bridas. Una ligera carga de poco más de una hora y veremos lo que aguanta. Aitor por su parte lleva un foco de leds con una batería que le garantiza 3 horas de autonomía.
Salimos de Rekalde poco antes de las 22,00 h con bastante luz diurna. Subimos a Kobeta por Bentaberri y de ahí a Arraiz por delante de la cantera. Ya en los pinares de arriba encendemos un poco las luces y espantamos una manada de caballos que no entienden muy bien quienes somo ni qué hacemos por aquí a estas horas. Al salir de nuevo a pista abierta continuamos camino con la luz del crepúsculo y las luces apagadas.
La subida ya anochecido es sensacional. Un silencio solo roto por nuestra conversación, una temperatura exquisita para el pedaleo y unas vistas a la ciudad que se sumerge poco a poco en el sueño de la noche. Una experiencia para sentirla en directo.
En el enlace de la cuesta del Silencio decidimos que subir al alto será duro y poco divertido. Preferimos tomar la horizontal y bajar hacia Bolintxu. Esta parte ya es más exigente y mi foco está dando sus últimos destellos. Aitor abre la marcha y me guío por su estupenda luz y segura trazada. La zona de surcos y canales en la pista me obliga a alguna que otra pirula y pie a tierra pero se controla sin sustos. Acabamos bajando muy despacio y la parte del sendero tras los tubos de agua la hago con la bici en la mano porque no veo ni jurar.
La subida hacia los bancos de la ruta de jubilados no logramos subirla ninguno porque la falta de luz natural nos impide (a mí por lo menos) pedalear y mantener el equilibrio como es debido. Llegamos a Iberdrola por la estupenda carretera que han preparado para salvar el acceso a los túneles de Larrasquitu en la SuperSur y bajamos a Rekalde por el Fango.
Seguramente repetiremos, eh Aitor?


La subida tiene poco más de un kilómetro con alguna zona de menos inclinación hasta llegar a la parte final de falso llano. Poco después paramos para reagruparnos. Imanol llega con la rueda delantera muy frenada por las pastillas. Desmonta la rueda y logra aflojarla un poco. Pero es posible que "tenga que tirar esa bicicleta y comprar una decente" se escucha entre las risas del respetable...


Tras una constante zona de toboganes, desembocamos en una encrucijada desde donde podríamos bajar a las Calizas, pero el afán masoquista de algunos descerebrados (Charly y un servidor me temo) animan a subir una empinada pista para alcanzar de nuevo La Asturiana y bajar por Peñas Negras. Y así lo hacemos, resultando más duro de lo previsto, y teniendo que echar pie a tierra algunos. Poco después alcanzamos la pista y llegamos a Peñas Negras tras un par de kilómetros de suave ascenso. Descenso a La Arboleda con salida de cadena de Gorka y amortiguación bloqueada para Palas que se queja de mucha vibración (pude ver risitas disimuladas entre los asistentes, juro!)