Desde la ruta por Serradilla el pasado otoño, Sara y Carlos nos habían comentado lo divertido que es el entorno de su casa en Plasencia. Vísperas de regreso a Bilbao decidimos aprovechar la tarde de viernes que ellos libran y nos acercamos con Tere que se queda por la ciudad mientras nosotros recorremos los andurriales alrededor de la ermita de la patrona, nuestra señora del Puerto.
Senderos muy virados y con abundante vegetación -lo que les hace más complicados de lo que en realidad deben ser- y desnivel desde los inicios. Añadido a ello, un calor más que primaveral nos hacen esforzarnos más allá de lo "divertido". Pero merece la pena. La subida a la ermita tiene 1,4 km con un 7% de promedio (máxima de más del 20%) y se trata una especie de calzada antigua totalmente descarnada con "rollos" sueltos y restos de canales de drenaje a base de adoquín, a lo que hay que añadir una temperatura de 34ºC. O sea, los ingredientes perfectos para una sudada de medalla olímpica, jaja... Menos mal que las vistas desde la ermita tienen un efecto sedante y compensa el esfuerzo. Desde ella hacia el Este se contempla la presa del Jerte y la embocadura del valle al que da nombre, así como los pueblos de Piornal y Valdastillas. Sara nos muestra el "Cancho Pinote" desde el que hay una bonita ruta hasta las antenas que también contemplamos. La ciudad se nos muestra un poco más al sur y al fondo la sierra de Cañaveral y algo más próximos los aerogeneradores de Valcorchero. Coincidimos con nuestros amigos en que es un lujo tener todo ésto al lado de casa.
Seguimos ascendiendo entre bosque de encina hasta una de las lomas más al norte alternando pista y sendero bastante empinado y tortuoso. El terreno, granítico en su mayoría, presenta grandes afloramientos que ponen una nota singular en el paisaje. Descendemos y volvemos a ganar altura una y otra vez, tomando indistintamente pista y senderos que comienzan a tener dificultades algo más serias: roderas centrales en el seno del sendero, rocas que aparecen en una revuelta, saltos que te cogen desprevenido y el pie sale en nuestra ayuda a duras penas... Pero no hay incidentes y comenzamos el descenso hacia casa con bastante sed. La idea es rellenar bidones y dar otra vuelta (llevamos nada más 12 km) pero una vez abajo, el calor nos aconseja dar por terminada la ruta. Quedamos con Tere en la Tapería y nos tomamos unos refrescos con las tapas reglamentarias. Vuelta para casa que hay que hacer la maleta. Agradecemos a Sara y Carlos el tiempo que nos han dedicado y esperamos volver más veces para continuar conociendo ese maravilloso entorno.
Ya sabéis que estáis invitadisimos!!!! Quedan muchísimos senderos por recorrer por esta zona!!!
ResponderEliminarUn placer siempre!
Pues volveremos!!
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