No se trata del Tajo de Ronda, sino del río Tajo a su paso por la provincia de Cáceres. Una tierra de contrastes: fresca y verde durante la primavera y árido y semidesértica en el verano. El río Tajo pone una nota de vida en el paisaje, especialmente gracias a sus embalses entre los que destaca el de Alcántara, con una enorme extensión de agua (entre las mayores de Europa) y una profundidad superior e los 50 metros en época de contención de la presa.
La proximidad al pueblo de Hinojal le hace especialmente apetecible para practicar la natación, la pesca o el remo. Hay un pequeño club náutico pero privado. Además hemos remado y navegado a motor en algunas ocasiones. Todo un lujo en medio del tórrido clima extremeño.
Hay algunos otros atractivos relativos al río: las construcciones. Modernas unas, antiguas otras. Podemos citar como más antigua el puente romano de Alconétar (S.II d.C.) rescatado de su actual ubicación antes de la construcción de la presa en 1973. En el otro extremo del tiempo destaca el más moderno puente de la autovía A-66 o de la Ruta de la Plata (2006) verdera obra de ingeniería moderna. La hemos visitado una tarde cuando el fuerte calor lo ha permitido
Pero entre ambas épocas a nadie deja indiferente la torre Floripes o simplemente "el castillo" como se le conoce en las inmediaciones. Es frecuente que el nivel del embalse la oculte por completo, aunque es habitual verla emerger del agua en mayor o menor medida. Incluso en ocasiones el nivel desciende tanto que queda al descubierto por completo y muy cerca de la orilla. Es el caso de este mes de agosto, así que el bueno de Pini y yo no hemos dejado pasar la oportunidad y nos hemos lanzado a la aventura.Hemos ido con las bicis por la vieja carretera vecinal hasta la N-630 muy poco frecuentada tras la entrada en servicio de la A-66. Desde ella hemos bajado por una pista de tierra y un revirado sendero después hasta llegar a la zona de piedra habitualmente ocupada por el agua. Hemos alcanzado la orilla y nos hemos echado al agua para nadar los menos de 100 metros que nos separan de la torre. Una vez allí hemos debido escalar por uno de los ventanales equipado con unas cuerdas y una escala. Desde el ventanal se accede a una sala de la que parte una escalinata empinada y retorcida que nos conduce a la plataforma superior donde podemos dominar el embalse con una sensación de triunfo y aventura. Esta es mi cuarta ocasión en los casi 30 años que llevo viniendo a estas tierras. Dos he llegado nadando, una a remo y otra en lancha a motor.
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Desde la N-630 se divisa la torre en el centro |
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En la zona frecuentemente cubierta por el agua abundan las lajas de pizarra |
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Afiladas y enemigas de los neumáticos |
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La N-630 se adivina en el tercio superior. Las bicis están en la izquierda del primer islote |
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Nosotros estuvimos allí... |
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Sí, Pini, tú también aunque te escondas... |
Menuda aventurilla eh Pini?? Bravo, te has portado muy bien!
ResponderEliminarEra por el guía. Pero mira, las afiladas piedras ahora me han dejado sin bici. L rueda delantera a tomar por cleta.
ResponderEliminarEra por el guía. Pero mira, las afiladas piedras ahora me han dejado sin bici. L rueda delantera a tomar por cleta.
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