martes, 10 de diciembre de 2013

Huída hacia el Sur

Torre Floripe, parcialmente inundada en el embalse de Alcántara
Dos semanas largas sin dejar de llover, y llover fuerte con frío y viento son mucho. Incluso en Bilbao. Y una semana sin tocar la bici es para desesperar a cualquiera. Así que Tere, el abuelo y yo nos hemos montado en el coche, cargado los loros y las dos bicis y hemos aparecido en el pueblo. Hinojal, provincia de Cáceres donde el clima es extremo -como su nombre indica- pero mucho más llevadero que por aquí. del 20 de noviembre al 9 de diciembre han permitido disfrutar de un cielo casi sin nubes día y noche con heladas débiles de madrugada y temperatura discreta en las horas centrales. Además de salir a diario, he disfrutado de recorridos por las dehesas, riveros y carriles agrarios viendo naturaleza en estado semisalvaje. Perdiz, liebre, garza, grulla... Y sin contar las vacas y ovejas que me miraban desde las cercas con expresión atónita... En definitiva, 15 días de bici con más de 600 km pero sin prisa y bajando el ritmo, que también apetece de vez en cuando.
Los carriles o "callejas" alrededor del pueblo son utilizados para la explotación agrícola (en desuso) y ganadera. Son de tierra y piedra y últimamente se han arreglado con lo que se puede circular bastante rápido. Los desniveles son constantes aunque de poca entidad si los comparamos con las montañas  del norte. Otra cosa son los riveros, contiguos al Tajo: laderas cubiertas por la espesa vegetación y  "peñas" de pizarra que configuran un paisaje de aspecto fiero e inaccesible en el que se refugian cérvidos y jabalíes además de zorros, reptiles, alimañas... Un paraíso natural recorrido por el río Tajo que acoge también numerosas especies de peces, algunos de gran tamaño: carpas, barbos, black-bass, pez gato....
He hecho además algunos amigos en Cáceres con los que he salido un par de días cuando coincide que suben hacia el norte por la N630 que ahora registra poco tráfico tras la inauguración de la A66. La vuelta desde el pueblo por Cáceres y regreso por la carretera a Monroy por los riveros del Almonte es de 90 km.
También en Hinojal he conocido a Antonio que me ha enseñado algunos caminos muy interesantes por las dehesas y viñas del vecino pueblo de Talaván del que es natural. 
He ido sacando algunas fotos con las que espero poder ilustrar un poco el carácter de estas tierras casi salvajes, donde el cielo azul y la atmósfera límpida permiten observar a muchos kilómetros de distancia mientras pedaleas contra el viento, habitual casi siempre al ser una orografía muy abierta y por tanto expuesta


Puente Romano de Alconétar (s.II)

Antonio junto a la balsa de agua potable de los tres pueblos

En el mismo lugar
De izda a dcha: Antonio, Carlos, Alejandro y Antonio
Alejandro, Yo, Antonio, Carlos y Antonio en la entrada a Cáceres

Niebla sobre el embalse y la torre Floripe

Ocaso sobre Garrovillas


Salir de casa y ya en el campo...

Puente para el AVE Madrid-Lisboa desde San Berto


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