María Eugenia y José rodando por la N630 |
Tras el traqueteo de ayer por el campo hoy hemos rodado por asfalto para visitar Mérida. Teo no ha podido acompañarnos (lo que además nos exigiría un coche adicional), así que nos hemos ido Jose y yo. Hemos elegido el destino en función del aire anunciado (N y NW) que finalmente no se ha cumplido y apenas ha soplado variable con velocidad ente 4 y 7 km/h. La fórmula de ir a un lugar alejado y que las mujeres vengan a recogernos ha vuelto a funcionar a la perfección. Nosotros hemos salido a las 9:00 y ellas sobre las 12:00. Nos hemos presentado en la capital de Extremadura poco antes de las 13:00 a una media de 29 km a la hora superando la expectativa de 25 que preveía, dado que es la primera salida en ruta de Jose y que ayer nos dimos el tute por la sierra de San Pedro.
Hasta Cáceres hemos ido más o menos suave -media de 26 km/h- y al cabo de unos pocos km hemos parado unos momentos a "cambiar el agua al canario" y nos ha adelantado una chica que habíamos rebasado minutos antes. La hemos dado alcance (ahí le veis a Jose rodando a casi 50 km/hora como un campeón) y hemos acabado charlando con ella que iba a hacer 25 hacia el sur y vuelta a Cáceres. Se trata de Maria Eugenia, una triatleta que - cosas de la vida- es la mujer de Antonio el del gimnasio de Cáceres con quien he rodado en varias ocasiones. De hecho me ha comentado que él le había hablado de mí. Qué cosas tiene la bici... En Casas de D. Antonio ha dado la vuelta y hemos tirado a por otro chaval que iba por delante. Venía de Mérida y había hecho 40 al norte y volvía para casa. A charlar otra vez, cómo soy... Llevaba un mes parado por la punta de trabajo de verano y empezaba a retomar el pulso a la bici. De hecho ha participado en varias QH y en algunas pruebas extremas de BTT como la Huelva Extreme o los 101 de la Legión en Ronda. Unos km después del cruce de las Herrerías nos ha alcanzado una grupeta de unos 10 que iban hasta Mérida. Visto y no visto nos hemos metido con ellos que iban dando relevos. El mozo de Mérida y yo nos hemos incorporado a la cabeza mientras Jose se mantenía prudente en la parte trasera. Durante 9 km hemos ido relevando - con un estilo manifiestamente memorable- y alcanzado una velocidad media de 45,7 km/h. Poco después han aflojado y tras un último arreón en los kilómetros de acceso a Mérida nos hemos separado en las rotondas de entrada. El que se ha quedado algo rezagado ha sido el mozo que venía con nosotros. Mientras hemos contactado con Tere y Bego para saber dónde encontrarnos ha llegado y nos ha explicado que los relevos del inicio le han fundido. Muy amablemente nos ha acompañado al lugar donde nos esperaban las chicas y ha vuelto a su casa. Estos y otros detalles de los colegas de los pedales son los que hacen más grande este deporte.
Veremos qué inventamos para la siguiente....
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