Dura. Durísima. Tremendamente dura. No hay adjetivo para calificar el sufrimiento que padecimos seguramente todos aunque unos más que otros en el soledado domingo 28 de julio. A las 9,30 salíamos del velódromo de Fadura para recorrer 58 km épicos. Primero nos dirigirnos neutralizados hacia la Galea y poco antes la moto se adelantó y la carrera dió comienzo de verdad. Campas, senderos, bosques, riachuelos, algo de asfalto (poquísimo como le gusta a Manu uno de los organizadores), pistas, bajadas imposibles, subidas agónicas... No faltó de nada en la prueba. Bueno, a mí al menos me faltó fuelle. En los primeros kilómetros anduve rápido. Quizá demasiado como me dijo luego Oscar (Pechoman). Hay que regular y yo me empleé a fondo desde el inicio y no supe controlar el esfuerzo. De hecho en el km 50 intenté continuar ascendiendo de Berango hacia Unbe por un tramo ya recorrido a la mañana. Tuve que retroceder y regresar a Fadura por carretera.
Algunos datos:
Duración total del ejercicio: 04:42
Duración real en movimiento: 04:19
Frecuencia cardíaca máxima: 179
Frecuencia cardíaca media: 156 (se contemplan los descansos porque veréis a continuación)
Frecuencia en zona máxima intensidad (más de 162 ppm): 02:05 (44%)
Frecuencia en zona alta intensidad (entre 144 y 162 ppm): 01:58 (42%)
No es de extrañar que me visitara el hombre del mazo. Y diría que alguno de sus familiares también...
El recorrido
Globalmente no me atrevo a calificarlo de bello salvo en algunos tramos en los que se podía divisar un poco un espléndido paisaje, más con el hermoso y despejado día de ayer. Aunque no es menos cierto que nos mostró unos sorprendentes rincones que recordaban a las junglas tropicales. Bosques tapizados de grandes helechos y recorridos por arroyos, impedían la orientación y aportaban una sensación de aventura que trascendía lo deportivo. Subidas y bajadas en constante sucesión y laberínticos entramados de senderos abiertos -estoy casi convencido- a machete y desbrozadora.
La Organización
Solo ver el recorrido da una pequeña idea del enorme trabajo y esfuerzo que los chicos del Club de Ciclismo Ciclos Getxo. Los avituallamientos bien distribuídos y surtidos de sólido y líquido en abundancia. Marcaje impecable en los cruces y lugares estratégicos, y una lástima que la época estival haya evitado que se presentaran más participantes de los 150 en total. En todo caso, un nuevo sobresaliente para Manu y todo el equipo de organización y voluntariado.
Anecdotario
Salimos de casa en bici Javi Valdés para hacer la corta y yo para el Open Maratón. Ya en la salida Javi prefirió salir sin agobios desde la posición en retaguardia mientras yo aspiraba a ir con Fica o Pecho para ir tomando referencia en base a su conocimiento de otras ediciones y su experiencia en maratones durante los años precedentes. Tras las primeras campas de Galea en una zona de pinar con descenso algo técnico tuve una salida de cadena que resolví con rapidez. Se vé que me calenté en exceso al principio porque enseguida dejé atrás a Fica y Pechoman. De poco me sirvió porque Fica me rebasó poco antes del primer avituallamiento, en el que ni siquiera paró mientras yo rellené el bidón ya gastado y comí algo de fruta y frutos secos. A patir de ahí me fueron adelantando poco a poco unidades. En una zona de bosque con descenso bastante revirado paré para ayudar a un chaval que tenía la cadena atascada entre los platos. Solucionado el tema proseguimos y llegó Angel Mardones, tambien del equipo Maestre. Subía algo menos que yo aunque bajaba bastante más. Seguimos juntos unos 10 km hasta que en una bajada tuve una caída y acabé de perderle. En una zona de la ladera NE de Unbe me alcanzó Pechoman que me invitó a seguirle a rueda en los tramos hacia arriba ya que en los de bajada lo hace con mucha precaución. Un rato pude aguantar pero ya me iba acariciando el del mazo y tuve que dejarle ir con total impotencia y resignación. Poco después llegué al último avituallamiento en el que paré para llamar a casa y comer y beber todo lo que pude. Ahí llegó Ibon Lekerika que había sufrido unos calambres y estirando pudo controlarlos. Tras arrancar de nuevo, vuelvo a conectar con Angel que estaba reparando un pinchazo. Le ayudé un poco y una vez encauzado el problema me adelanto porque ya estoy realmente K.O. Ya perdía el poco sentido de la orientación que tenía y apenas podía pedalear ni en llano. Manu me anunción con alegría que "solo" me quedaban 13 km y estuve a punto de bajar a estrujarle el cuello, pobre... Los últimos kilómetros fueron un calvario. Tan es así, que al rebasar el cartel de km 50 y empezar de nuevo a subir por la carretera Berango-Unbe en el tram donde me había alcanzado Fica horas antes, me lo pensé y decidí abandonar y llegar a Fadura por lo más rápido y cómodo.
Conclusión
Que no vuelvo a una emboscada de esta envergadura. Al menos éso ensaba ayer cuando volvía por la ría hacia Bilbao con un suave viento en contra.... La siesta me ayudó a recuperar un poco el maltrecho cuerpo, pero la herida en el corazón me durará muuuuucho más....
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