Hacía dos años que le tenía ganas al coloso de la zona. Sus 997 m y sus redondeadas laderas me llaman desde la ventana de casa a diario. Así que hoy Aitor me ha llevado a la cumbre gps en mano. Una mañana limpia y templada con algo de viento que promete obsequiarnos con estupendas vistas desde la cumbre. Hemos subido por Alonsotegui, donde hemos llegado tras un calentón con unos carreteros a los que les hemos cogido en ruta para que nos quitasen el viento, jeje... La subida es constante y con pendiente bastante acusada en tramos largos. No llevo clino, pero creo que habrá pasado del 18%.
Al fondo Sasiburu sobre Alonsotegui |
Yegua recién nacida |
Poco a poco empezamos a disfrutar de las vistas a medida que ganamos altitud. Alcanzamos la bifurcación que sigue para llegar de nuevo a Alonsotegui por la Fuente Del Oro y giramos a la derecha dirección Zamaia y Ganeko. Aunque nos implica un desnivel extra, coronamos Zamaia para mostrarle a Aitor la grieta minera. Un abismo de unos 40 metros (he leído por ahí que 90...) donde se extrajo mineral de hierro en las primeras décadas del siglo pasado.
Desde Zamaia con Ganeko al fondo |
En la cumbre nos deslizamos por los pastos entre yeguas y potrillos recién nacidos para llegar al pie de la pista que, desde Pagasarri, retorna por la ladera E de Zamaia hasta Alonsotegui y de frente nos deja en las faldas de Ganeko. Mucha pendiente, piso resbaladizo por las lluvias, y mucha piedra suelta. Hemos superado los primeros metros hasta una curva cerrada con lajas de arenisca muy descarnada y en escalones. No hay remedio: pie a tierra. Si ayer nos tocó mountainbarry, hoy Ganeko manda "empujanbike". Llegamos a montar algo más arriba y optamos por una pista herbosa más horizontal que pensamos nos servirá. Error.... Al cabo de un rato nos toca subir a la trocha por la ladera entre matojos. Como el viento ahora está parado, decidimos comer algo y nos sentamos a disfrutar del paisaje. Distinguimos la peña del Mazo en Karrantza, Porracolina sobre Arredondo y al fondo ya en el horizonte Lunada y algunos picos nevados. Una gozada, de verdad.
Retomamos la trepada y enseguida alcanzamos de nuevo la pista. Podemos montar y cruzar el cauce muy crecidito de un par de fuentes que ladera abajo se tornan torrentes y cascadas camino de su confluencia con el Kadagua. Aun toca desmontar otro par de veces pero finalmente logramos cabalgar por la despejada pradera que conduce a la cumbre.
Ultimos metros para Aitor |
El viento dificulta el equilibrio |
El viento aparece de repente (creemos que nos lo evitaba el propio monte) y nos empuja como hojas de papel. La vista desde la cumbre es espectacular. Lástima que el viento no deja dsifrutar de mucho tiempo aquí arriba.
Desde la cima de Ganeko con el Gran Bilbao de fondo |
Aprovechamos la llegada de un montañero para la foto de rigor juntos y a toda prisa regresamos unos metros por la misma cresta que hemos llegado para pasar a la ladera Sur y deslizarnos cuesta abajo hacia Santa Lucía en Llodio. En una zona de barro me meto en una rodera y pierdo el control de la rueda delantera. Salto con suerte de la bici que se queda espatarrada en el barro y en plan Mariano Haro corro unos metros hasta lograr pararme. Aitor se parte de la risa. Si es que soy un torpe, jaja....
Poco después le advierto que nos hemos pasado una bifurcación y que la pista que llevamos parece bajar hasta un barrio que no identifico. Segundo error, porque nos empuramos entre pinares y brezos durante un rato y acabamos bajando a pie. Yo arrastro la bici como puedo (algunos momentos parece que ella me quiere arrastrar a mí) mientras que Aitor que es un fenómeno del descenso se tira por sitios que no alcanzo a creer que puedan ciclarse ni siquiera viéndolo... Por fin pista de nuevo y en un rato y mucho barro llegamos a Santa Lucía. De aquí bajamos hacia Okendo por un barrio que conozco de mi etapa de vecino llodiano, y relajadamente comenzamos el regreso a Bilbao. Ninguna novedad salvo dos paisanos en bici flaca que nos rebasan como motos en el repecho entre Arbuio y Alonsotegui y a los que cien metros después decidimos dar caza, cosa que hacemos por dos veces disfrutando de cómo flipan cada vez que les damos alcance jaja...
Un jornada intensa de bici y deporte rural (sólo que en vez de buey arrastramos bici) que nos ha deleitado los sentidos para una temporada.
Menuda vuelta, con dias como estos da gusto pasear la bici. Tengo que decir que decir que disfruto bajando pero casi mas viendo como el coraje del casi jubileta me deja atras en las mas duras subidas.Saludos.
ResponderEliminarBuena jornada la que habéis tenido y disfrutado. Eso parece, Buenas fotos. Yo, con la quemada que llevaría, no estaría como para encuadrar fotos que digamos. Este "quasi" jubileta, como dices,tiene mucha tralla.
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