Una nueva salida en canoa por el embalse de Alcántara, pero esta vez en grupo. Nos hemos llevado (además de a Thor por supuesto) a Antonio, Chelo, Basilio e Isa; unos amigos de tierra adentro con poca (o nada) tradición marinera, jeje... pero que se han portado de maravilla. Hemos llevado merienda y disfrutado de una tarde espléndida de sol y una agradable brisa, todo ello bajo la atenta mirada de la torre Floripe. Pero veamos con más detalle cómo ha transcurrido la aventura.
En lugar de echar la canoa al final de la pista bajo la N630, he optado por entrar por un estrecho y sinuoso camino por el que suelo bajar en bici hasta la orilla más próxima a la torre, y por donde ya echamos la canoa hace tres años con Eva, Teo y Adrián. El estado del camino es bastante malo y en la zona central tiene mucha piedrilla poco compactada que ha hecho surfear los coches en el descenso de una manera bastante acentuada, y que me ha dado qué pensar sobre cómo lo resolveríamos al subir.
Para minimizar el tiempo de viajes he optado por hacer viajes de ida hasta la torre con tres personas y volviendo dos. Los bultos han ido viajando repartidos en cada viaje. El último ha sido Antonio que se ha acercado algo más hacia la torre y su viaje ha sido más corto. Una vez llegados todos al islote donde se alza la torre nos hemos dedicado a tomar el sol, mirar el estupendo paisaje y observar las evoluciones de varias lanchas que han estado navegando por los alrededores; hemos charlado, tirado piedras al agua . Bueno, y Antonio ha localizado la piedra de la salud y potencia sexual... jajaja... Un pedrusco casi cilíndrico que estaba alojado en un hueco del suelo de pizarra. La "leyenda" habla de que si la levantas e introduces en el hueco seis veces obtienes la potencia sexual eterna. Luego yo he emulado a Obélix aunque con poco éxito...Sin comentarios. Las fotos lo explican todo...
Menos mal que la hora de la merienda ha sido más relajada... Hemos degustado embutido, quesos, fruta e incluso un flan que ha hecho Tere para la ocasión. Bebidas varias y agua para no deshidratarnos con el calor de la maravillosa tarde.
El estado de las cuerdas y escala en la ventana de acceso a la torre deja mucho que desear, así que hemos optado por no intentar siquiera subir por ellas. Una caída desde esa altura sobre el pedregal existente en la base podría resultar fatal. Quizá algún día vengamos con una escalera. Hay quien hablaba hasta de quedarnos a dormir...
Llegada la hora hemos comenzado el retorno. Hemos optado por desembarcar en la zona más próxima a la torre en viajes de tres y volviendo yo solo en sucesivos viajes. Una vez recogido todo en los coches y colocada la canoa en el techo del mío, Basilio ha comenzado el el ascenso y -como era de esperar- se ha atascado en la zona de piedras. Han sido necesarios varios intentos de echarse atrás para coger carrera, rehacer los hoyos que provocaban las ruedas para lograr superarlo. El video
Subida por el camino de regreso también muestra bastante bien la dificultad que ha debido superar. A mí me ha costado también bastante pero finalmente hemos logrado pasar los dos. Importante la ayuda de todos los demás empujando para ayudar en los tramos más difíciles. Una labor en equipo que nos ha dejado cansados por el esfuerzo y la tensión, pero que servirá para recordar mejor si cabe esta diferente y divertida aventura.