El coronavirus o Covid-19 se ha adueñado de medio mundo civilizado y - lamentablemente por supuesto - de nuestro país. Tras las noticias de diciembre y enero llegadas de la lejana China, poco a poco el virus se adentra en Europa golpeando fuerte en Italia para desembarcar en España, donde su rápida propagación hace que el gobierno decrete el estado de alarma el sábado 14 por la noche y quedan prohibidas las actividades deportivas al aire libre. El lunes se me ocurre pensar que quizá esto vaya para largo y me decido a comprar un rodillo. Vendí uno hace ya casi una década, con poco más de un año y poquísimo uso porque me resultaba muy aburrido y de pedaleo forzado y poco natural. Se trataba de los modernos con sujección del eje trasero y rodillo central con aceite para ofrecer dureza por calentamiento en la fricción. Esta vez me he decidido por el clásico de "rulos" que están volviendo a verse bastante. Contacté con Pedro Maestre, y Samuel de Rueda, y fue éste último quien me lo consiguió. Digo conseguir, porque en tienda es raro tenerlos, y la venta on line se ha disparado ya desde los primeros días de forma tal, que ya el mismo lunes con pedido en firme, el proveedor le avisa de que, a pesar de que contaba con stock- ha resultado que no quedaba ni uno solo. El bueno de Samuel se paseó por media Europa y al día siguiente logra uno en un mayorista alemán. Transporte y demás, y con la fiesta local del 19 de marzo- día del Padre- hasta el lunes 23 no me lo ha podido acercar hasta casa. Para entonces nos debemos equipar con guantes, mascarilla y con todas las precauciones evitando el contacto por ambas partes. Muy triste, pero es lo que hay.
El rodillo en concreto es el Arion Elite ,muy popular, plegable y de sencillísimo montaje. En poco más de 3 minutos apretando apenas un par de tornillos, queda listo para funcionar. Y entonces llega el momento de subir a probar.... Cuando tenía 17 años y estaba en el club ciclista San Salvador Del Valle, usé el del local para entrenar un par de días o tres. Casi ni lo recuerdo. Estaba metido en un pequeño foso de forma que entrar y salir de él era fácil porque queda a ras de suelo. Este en cambio queda elevado unos 12 cm y por precaución lo pongo junto a una pared y arrimo una mesa para poder sujetarme ante cualquier pérdida de equilibrio. La verdad es que es muy sencillo; en poco más de un minuto estás rodando casi como por asfalto. En cuanto estás un rato le vas cogiendo el truco y sintiéndote más cómodo y seguro. Ya llevo una semana exacta y llego hasta 1hora de actividad con un grado de esfuerzo moderado para rodar sobre 30-33 km. Supongo que le voy a sacar bastante más partido que al anterior.
Primeros momentos. Thor al quite, jeje... |