sábado, 17 de septiembre de 2016

Setiembre en Hinojal



No ha dado para mucho este mes que comenzaba con altísimas temperaturas y hacía impensable salir si no era muy temprano. Las tareas en casa han consumido bastante tiempo y con la bici de monte pendiente de cambio de neumáticos y líquido solo me quedaba salir a la carretera. Pero en cuanto se ha normalizado el clima y dado matarile a los quehaceres he realizado con Teo dos salidas interesantes y novedosas. Para una llevamos el coche a Cáceres y arrancamos por la EX100 dirección Badajoz hasta el cruce de Aliseda atravesando la sierra de san Pedro entre extensos encinares y jarales repletos -supuestamente- de ejemplares de cérvidos y jabalíes. En la localidad de Aliseda y siguiendo indicaciones de Jose Mari Godoy tomamos unas suculentas tostadas con aceite tomate y jamón. Con el refresco una tapa de alas de pollo y patatas fritas. Para los dos: 6,4 euros. Para todo lo demás mastercard, jaja... El regreso lo hicimos por la N521 mucho más tranquila y mejor acondicionada que la de Badajoz y con aire ligeramente a favor. Completamos escasamente 90 km a una media de 30 por hora.


Otro día subimos por la N630 hasta la gasolinera de Mirabel junto con tres chicos de Plasencia que alcanzamos en Grimaldo. Poco antes del cruce a Riolobos donde nos separamos dimos alcance a otros 5 que regresaban también a la villa placentina. En el camping de las Catalinas en Riolobos cafecito y tostada aunque sin jamón. Plácido recorrido hasta Torrejoncillo por las vegas convertidas en huertas de maíz, tabaco y pimiento regadas por los canales de la CHT. Un trazado sinuoso y ondulado pero realmente entretenido. De este pueblo proseguimos a Portezuelo y regresamos por la N630 llegando a superar los 101 km de salida. La temperatura muy agradable y el cielo azul permitieron disfrutar de una mañana de cicloturismo perfecta.




Un día entre semana saludé a dos en bici de monte escoltando a otros dos a pie. Venían desde Andalucía y su objetivo era -cómo no- Santiago de Compostela pero completando 1.000 km a maratón diario. El motivo era la lucha contra el cáncer. Bello y esforzado gesto de los cuatro.

Otra mañana acompañé hasta Cañaveral a una pareja italiana que igualmente hacían el camino a Santiago. La etapa del día era de Cáceres a Galisteo. Eran de la zona de los Dolomitas, paraíso de la altísima montaña y los grandes colosos del Giro y Tour: Stelvio, Gavia, Mortirolo, las tres cimas de Lavaredo, Marmolada... así que la subida desde Alconétar hasta el puerto de los Castaños seguro que no les iba a hacer ni cosquillas...

En fin, he disfrutado que es lo que cuenta....